LA VOZ DEL PATRIARCA
PRESENCIA Y RECUERDO
El Perú, Argentina y las Malvinas
por Martín Belaunde Moreyra
Al estudiar la historia de la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas debemos destacar su evidente proyección continental. Creo que es pertinente señalar que las Malvinas no sólo constituyen un tema fundamental para Argentina sino también para el Perú, como está fresco en el recuerdo de la opinión pública, de los esfuerzos realizados por mi patria a través del Presidente Fernando Belaunde Terry para apoyar la causa argentina sobre las Malvinas y sus espacios marítimos, e igualmente evitar la guerra y el costo en todo orden de cosas, particularmente en vidas humanas, que ésta ocasionó a la Argentina.
En ese sentido desearía referirme al reciente libro escrito y publicado en Inglaterra, con el auspicio informativo del gobierno británico, por Sir Lawrence Freedman. El libro tiene como título "The Official History of the Falklands Campaign, Vol II, War and Diplomacy". Más allá de la discusión de que el libro sea o no una historia oficial británica de la Guerra de las Malvinas, es claro que se trata desde el punto de vista inglés, de un relato auténtico sustentado en los archivos británicos, secretos y abiertos, de esa trágica contienda.
En el referido libro se incluye un capítulo denominado "The Peruvian Initiative", o sea la Iniciativa Peruana, que narra con mucho detalle los esfuerzos desplegados por el Presidente Fernando Belaunde Terry con el objetivo de lograr una solución pacífica que al mismo tiempo cautelase la reivindicación argentina sobre las Malvinas.
En efecto podemos leer que entre el Primero y el Tres de mayo de 1982 el Presidente Fernando Belaunde Terry, concibió y planteó una propuesta de siete puntos, conversada previamente con el entonces Secretario de Estado norteamericano Alexander Haig, luego transmitida telefónicamente al general Galtieri. Por su gran interés me permito citar a continuación, el contenido de dicha propuesta según el libro de Sir Lawrence Freedman:
a. Inmediato cese al fuego;
b. El retiro de las fuerzas de ambos lados;
c. El involucramiento de terceras partes para una administración temporal de las islas;
d. La aceptación de ambas partes del hecho de la existencia de una disputa sobre soberanía;
e. El reconocimiento de que los puntos de vista e intereses de los isleños, fueran tenidos en cuenta cuando se llegara a un acuerdo definitivo;
f. La formación de un grupo de contacto integrado por Brasil, Perú, la República Federal Alemana y los Estados Unidos;
g. El imperativo de llegar a un acuerdo definitivo para el 30 de abril de 1983.
Esta propuesta de siete puntos, quizás incompleta y en algunos aspectos necesariamente vaga como requisito para conducir a una negociación, tuvo desde su inicio la dificultad fundamental de ser presentada a la Argentina en fecha que coincidió o fue inmediatamente posterior al trágico hundimiento del Belgrano, torpedeado fuera de la zona de exclusión, a las 16 horas del 2 de mayo de 1982.
Sin embargo, esta situación no impidió que el Presidente Fernando Belaunde Terry persistiera en sus esfuerzos negociadores para que dicha propuesta o lo más importante de la misma, prevaleciera como una solución racional al enfrentamiento. Y de estos siete puntos cabe destacar el planteamiento del cese al fuego, el retiro de las fuerzas de ambos lados y una administración por terceros de las Islas Malvinas, hasta que se llegara a un acuerdo definitivo, trazado con apuro imperativo para el 30 de abril de 1983. Resulta significativo que el Presidente Belaunde calificara la propuesta como "un triunfo para Argentina sin llegar a ser una capitulación británica".
Desgraciadamente por múltiples factores que sería muy largo analizar en este artículo, la propuesta no prosperó y al final prevaleció el desenlace armado que angustiosamente trataba de evitar.
En una conversación que tuve con el Presidente Belaunde hace algunos años le pregunté por qué no había escrito un libro acerca de su participación en estas conversaciones, él me señaló que lo había pensado, quizás como parte de sus memorias, pero que consideraba que aún no había llegado el momento para expresar públicamente sus comentarios acerca de la Guerra de las Malvinas. Sea lo que fuere, el Presidente Belaunde falleció en Junio del año 2002 sin dejar un testimonio escrito y orgánico sobre estos dramáticos hechos.
Eso me lleva a preguntarme cuál fue la razón determinante que él tuvo para involucrarse en este histórico evento. Recuerdo también que en esa conversación, sin llegar a incidir en aspectos específicos, él me dio a entender que frente a un acontecimiento de esa naturaleza, que afectaba la paz del continente, era indispensable realizar los máximos esfuerzos para impedir un desenlace bélico. Sin lugar a dudas esa fue una de sus motivaciones principales, sin perjuicio de que él consideraba válida la histórica reivindicación argentina sobre las Malvinas y que la misma merecía, dentro de un marco de respeto al Derecho Internacional, el mayor respaldo del Perú.
Y aquí deseo llegar a un aspecto medular. La República del Perú ha apoyado en el pasado, sigue apoyando en el presente y sin duda apoyará en el futuro, los esfuerzos que realiza el pueblo y el gobierno argentino, por el tiempo que fuere necesario, para recuperar y reivindicar por medios pacíficos compatibles con la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, su plena soberanía sobre las Islas Malvinas, sus espacios marítimos circundantes, así como las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur. En ese sentido nuestra posición se mantiene invariable y es también una expresión de la firme y fraternal amistad que une al Perú con Argentina.
Publicado en NUEVA MAYORIA, 19 de agosto 2005 y en OIGAONLINE, julio 2008.
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