El arquitecto Fernando Belaunde Terry, dos veces presidente del Perú, hoy de 89 años, conversó con Cecilia Valenzuela rodeado por sus recuerdos, fotografías, mapas tantas veces revisados, libros y máquinas de escribir; rememoró algunas de sus anécdotas y habló de la falta que le hace Violeta y de su deseo de encontrarse ya con ella. Entrevista Cecilia Valenzuela / agenciaperu.com
Hace poco ha tenido que enfrentar la muerte de su esposa, Violeta Correa. ¿Ella era el amor de su vida? Así es. Claro, mi vida es larga. No puedo restringirla a cuarenta años, pero ella significó mucho para mí. Primera la coincidencia completa. Ella era una persona quince años menor que yo, pero se acostumbró muy bien. Era muy fácil entenderse con ella porque tenía mucho de esa viveza criolla y no entraba a cuestiones conflictivas, pero dejaba una cosa dicha. Yo siempre tuve la mayor armonía con ella.
Usted le puso un epitafio infinito. "Espérame" le dijo. Eso es algo realmente conmovedor. En realidad son pocos meses. Son apenas cuatro meses desde que falleció pero yo me siento con el deseo ya de irme. Claro que comprendo que hay gente que me quiere, y mucho, tengo a mis hijos, a mis hermanos, en fin a toda la familia; pero yo ya terminé mi tarea en la vida. Pero si me dan una yapa de vida, lo haré lo mejor que pueda.
¿Le gusta la vida? Me gustó sí en un momento dado. Pero ahora comprendo que mi tarea ya se ha cumplido.
¿Eso es porque Violeta no está? Me hace falta. Me hace mucha falta y yo era un hombre de casa y aquí pasaba todo el día; tengo mi oficina en el tercer piso y ella colaboraba mucho conmigo. Ella no subía mucho porque tenía problemas con las escaleras, pero siempre me enviaba algún mensaje, breve y en forma muy irónica. Le gustaba jugar, era bromista y tenía mucho sentido del humor. ¿Compartían el sentido del humor?, ¿Es un hombre muy particular frente al humor? Generalmente estábamos en broma. Todos los años que he estado con ella han sido en el fondo de broma.
Ella era una gran amiga, además. Además.
¿Usted cree que compartió con Violeta su pasión por el país? Teníamos una misión muy parecida.
Así era en su vida terrena Femando Belaunde Terry, el presidente que modernizó el Estado peruano, dio impulso a la clase media (pilar del desarrollo integral), designó en los años sesenta el 20% del presupuesto para la educación y tuvo la visionaria idea continental de la Marginal, integrada a vías terrestres y fluviales que son “pan para el pueblo”.
No le faltan, sin embargo, detractores, gente que lo detesta y sólo le encuentra defectos. Tienen éstos derecho a pensar así y otros (sin negar que muchas veces se equivocó) tenemos el derecho de recordar con cariño al presidente que ingresó a la política con una gran residencia y terminó en un modesto departamento de una zona populosa de San Isidro, pero no por fracasado sino por haber logrado ser erigido en limpio guía patriarcal del Perú que él soñó y todos anhelamos, aunque sin el amor, la convicción y la tenacidad que él tuvo para despertar esa esperanza de unidad siempre traicionada.
Publicado en Diario “Correo” de Lima, columna “Canta Claro”, 5 de junio de 2002
LA VOZ DEL PATRIARCA
ResponderEliminarPRESENCIA Y RECUERDO
Fernando Belaunde:
"Ahora comprendo que mi tarea ya se ha cumplido"
El arquitecto Fernando Belaunde Terry, dos veces presidente del Perú, hoy de 89 años, conversó con Cecilia Valenzuela rodeado por sus recuerdos, fotografías, mapas tantas veces revisados, libros y máquinas de escribir; rememoró algunas de sus anécdotas y habló de la falta que le hace Violeta y de su deseo de encontrarse ya con ella.
Entrevista Cecilia Valenzuela / agenciaperu.com
Hace poco ha tenido que enfrentar la muerte de su esposa, Violeta Correa. ¿Ella era el amor de su vida?
Así es. Claro, mi vida es larga. No puedo restringirla a cuarenta años, pero ella significó mucho para mí. Primera la coincidencia completa. Ella era una persona quince años menor que yo, pero se acostumbró muy bien. Era muy fácil entenderse con ella porque tenía mucho de esa viveza criolla y no entraba a cuestiones conflictivas, pero dejaba una cosa dicha. Yo siempre tuve la mayor armonía con ella.
Usted le puso un epitafio infinito. "Espérame" le dijo. Eso es algo realmente conmovedor.
En realidad son pocos meses. Son apenas cuatro meses desde que falleció pero yo me siento con el deseo ya de irme. Claro que comprendo que hay gente que me quiere, y mucho, tengo a mis hijos, a mis hermanos, en fin a toda la familia; pero yo ya terminé mi tarea en la vida. Pero si me dan una yapa de vida, lo haré lo mejor que pueda.
¿Le gusta la vida?
Me gustó sí en un momento dado. Pero ahora comprendo que mi tarea ya se ha cumplido.
¿Eso es porque Violeta no está?
Me hace falta. Me hace mucha falta y yo era un hombre de casa y aquí pasaba todo el día; tengo mi oficina en el tercer piso y ella colaboraba mucho conmigo. Ella no subía mucho porque tenía problemas con las escaleras, pero siempre me enviaba algún mensaje, breve y en forma muy irónica.
Le gustaba jugar, era bromista y tenía mucho sentido del humor.
¿Compartían el sentido del humor?, ¿Es un hombre muy particular frente al humor?
Generalmente estábamos en broma. Todos los años que he estado con ella han sido en el fondo de broma.
Ella era una gran amiga, además.
Además.
¿Usted cree que compartió con Violeta su pasión por el país?
Teníamos una misión muy parecida.
Así era en su vida terrena Femando Belaunde Terry, el presidente que modernizó el Estado peruano, dio impulso a la clase media (pilar del desarrollo integral), designó en los años sesenta el 20% del presupuesto para la educación y tuvo la visionaria idea continental de la Marginal, integrada a vías terrestres y fluviales que son “pan para el pueblo”.
ResponderEliminarNo le faltan, sin embargo, detractores, gente que lo detesta y sólo le encuentra defectos. Tienen éstos derecho a pensar así y otros (sin negar que muchas veces se equivocó) tenemos el derecho de recordar con cariño al presidente que ingresó a la política con una gran residencia y terminó en un modesto departamento de una zona populosa de San Isidro, pero no por fracasado sino por haber logrado ser erigido en limpio guía patriarcal del Perú que él soñó y todos anhelamos, aunque sin el amor, la convicción y la tenacidad que él tuvo para despertar esa esperanza de unidad siempre traicionada.
Publicado en Diario “Correo” de Lima, columna “Canta Claro”, 5 de junio de 2002
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario Correo, 2002. © Francisco Igartua Rovira, 2002.